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domingo, 16 de junio de 2024

Llerena Monumento Gastronómico

 Llerena

Monumento Gastronómico

Francisco Rubio
Cofradía Extremeña de Gastronomía







El XVI Monumento Gastronómico de Llerena, que se celebró el fin de semana del 7 al 9 de junio, fue un acontecimiento memorable y de recuerdos para la Cofradía Extremeña de Gastronomía.

Llegamos a Llerena desde Cáceres a media tarde del viernes 6, deseosos de disfrutar de una ciudad tan rica en historia. Tras dejar nuestro equipaje en la Hospedería Mirador de Llerena, con su emblemática escalinata donde la Cofradía lució por primera vez sus capas hace ya algunos años, nos adentramos en el mercado medieval que inundaba la plaza de España con sus puestos y atracciones que recreaban la atmósfera de antaño. Una escapada al próximo convento de Santa Clara nos permitió conocer los horarios de venta de sus dulces conventuales, un gran atractivo de Llerena para uno de los expedicionarios. Y queda tiempo para una conversación distendida ante un vino, un vermut o una cerveza, que para todo hay gustos.

A las diez de la noche, nos dirigimos a la Casa Maestral, ubicada a escasos metros de la plaza. En su espectacular patio, todo estaba preparado para disfrutar de la cena elaborada por nuestro cofrade Pepe Valadés, paradigma de generosidad y entusiasmo cofrade. Pepe nos saludó y nos guió hasta nuestra mesa, muy bien ubicada y protegida del fresco viento nocturno que ya comenzaba a aparecer. Cerca de nosotros, una larga mesa estaba ocupada por la Coral Llerenense, cuyos miembros vestían para la ocasión trajes medievales.

Y enseguida comenzó el desfile de delicias gastronómicas. Para abrir boca y prepararnos, un mojito sin alcohol y, a continuación, el reparto de vinos, un blanco Viña Puebla, un potente tinto Palacio Quemado crianza y agua, para refrescar la garganta. Seguidamente, aparecieron platos de un rico jamón suministrado por una firma local y expertamente cortado por un cortador.

Pepe, siempre cercano a todo lo que concierne a la Cofradía, se situó junto a nosotros y, desde nuestro lado, invitó a todos los concurrentes a disfrutar de la cena con los cinco sentidos, lo que conseguiríamos con la canción que la Coral Llerenense interpretaría antes de la salida de cada plato.

Tras la primera intervención del coro, el excelente equipo profesional que Pepe había traído para la ocasión comenzó a distribuir por las mesas un exquisito bacalao confitado a baja temperatura en aceite DOP de Extremadura con cebolla caramelizada sobre una crema de ajo.

Nueva intervención del coro y lo que ahora llegó a nuestros paladares fue una exquisita presa ibérica braseada con gachas de berenjenas y queso de la Campiña Sur.

Para finalizar, nos esperaba un rico postre, un maravilloso milhojas de nata con dulce de leche y helado.

Llegaba el momento de poner punto final al evento. Pepe aprovechó para agradecer su presencia a todos los asistentes, reconoció en primer lugar a la Cofradía Extremeña de Gastronomía, cuyo recetario le inspiraba sus platos; luego, a la Coral, cuyos elogios compartimos, ya que, junto con el buen hacer de nuestro cofrade Pepe Valadés, nos habían hecho disfrutar de una noche memorable.

A la mañana siguiente, tras un reparador sueño, nos enfrentamos a un variado y abundante desayuno en la hospedería, ¡había que reponer fuerzas! Un miembro del grupo, especialmente activo y que visitaba por primera vez la hospedería, aprovechó para subir a la terraza y disfrutar de las magníficas vistas y, tras el desayuno, se acercó al convento de Santa Clara para adquirir sus dulces exquisiteces.

Ya era hora de dirigirnos al lugar donde nuestro cofrade Víctor Manuel Casco Ruiz impartiría su conferencia. En el camino, nos reunimos con otros cofrades como Matías Macías, Fernando Valenzuela y Juan Carnero y María José, su esposa, y, acompañados de las concejalas de Cultura y Turismo y Empleo y de otros asistentes nos dirigimos al salón de actos, donde Víctor nos deleitó con su disertación titulada "Después de Dios, la olla. La Gastronomía en la España Medieval". Las primeras palabras del conferenciante estuvieron dedicadas a nuestra inolvidable cofrade Felisa Zamorano, referente de la cofradía en Llerena y defensora de la ciudad tanto en la Cofradía como en otras instituciones. Pero no profundizaremos más en este acto, ya que el conferenciante ha prometido dedicarle una entrada en el blog.

Llegó la hora de disfrutar de un refrigerio en la plaza, momento que sirvió para despedirnos del resto de cofrades. Los expedicionarios emprendimos el regreso a Cáceres, con una parada en Almendralejo, concretamente en el restaurante El Paraíso. Era un día para recordar, y allí mismo habíamos disfrutado de nuestra comida navideña a principios de año. El lugar, la comida y el servicio fueron fantásticos. Pero es tiempo ya de poner punto final a la crónica de este memorable fin de semana y continuar nuestro viaje de regreso a casa.

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