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domingo, 27 de marzo de 2022

La miel de nuestra tierra

 La miel de nuestra tierra

Felisa Zamorano
Cofradía Extremeña de Gastronomía
In memoriam

Extremadura, Paraíso Gastronómico - EXPO 92- 1992

La apicultura en España goza de todas las características para ser privilegiada: diversidad de climas, variada y aromática flora, sol casi todo el año, etc., pero pese a todos estos factores benéficos, España es un país deficitario en la producción de miel. A Extremadura, que ocupa el segundo lugar dentro de las Comunidades Autónomas, le ocurre algo similar, pese a tener censadas más de 225.000 colmenas y obtener más de 2.000 Tm. de miel.

La miel que es uno de los alimentos más antiguos que se conocen, sobrepasa en poder energético a todos los demás alimentos naturales, siendo un elemento constructor y reparador de células.  A diferencia de los azúcares, constituidos por sacarosas y sujetos a muchas operaciones químicas que matan o eliminan sus elementos vivos procedentes de la remolacha o la caña, la miel es un alimento vivo, elaborado con el néctar de las flores y constituido casi en su totalidad por glucosa, que pasa directamente a la sangre sin transformaciones.

Cuatro son las zonas apícolas por excelencia en Extremadura:

  • ZONA DE HURDES-SIERRA DE GATA (Casar de Palomero, Villanueva de la Sierra, Hoyos, Montehermoso, Moraleja) con más de 72.000 colmenas censadas.

  • ALEDAÑOS DEL TAJO (Almaraz, Cañaveral) con unas 15.500 colmenas.

  • SIERRA DE SAN PEDRO (Valencia de Alcántara, Arroyo de la Luz, Alburquerque) con 19.300 colmenas y,

  • ZONA DE VILLUERCAS-SIBERIA (Guadalupe, Logrosán, Herrera del Duque, Fuenlabrada de los Montes, Talarrubias) con la mayor cantidad de colmenas censadas, unas 97.000 colmenas.

El color de la miel predominante en Extremadura, es el castaño claro o ambarino, aunque puede ser también incolora o marrón oscuro, sin que esto signifique diferencias en su calidad.  Cuando más oscura es más rica en calcio, hierro y vitaminas B y C; las de color claro, son más ricas en vitamina A. El sabor de las mieles claras es más fino, el de las oscuras, más intenso, dependiendo del color, olor y sabor de la flora predominante de la zona donde esté instalado el colmenar.  Siendo Extremadura región de amplia y variada flora, es lógico que haya diversos tipos de miel y que sus aplicaciones sean variadas.

Todos recordamos los hisopos mojados en miel y vinagre con que nuestras abuelas nos curaban las llagas de la boca, las mascarillas a base de huevos y miel y sobre todo la gran cantidad de dulces que la emplean en su elaboración: caramelos, helados, etc.  En Extremadura es sobre todo la base de esos exquisitos corazones, nuégados, piñonates que acompañados de frutos secos, nueces, almendras, piñones, nos dejaron como herencia los árabes y los judíos y cuyas recetas guardan celosamente nuestras monjas de clausura.  Sin olvidar por supuesto el turrón (Castuera) que mueve grandes cantidades de dinero y sin cuya presencia, nuestras Navidades serían menos familiares. Ni de otro tipo de dulces caseros y populares como son los conocidos gañotes, pestiños, flores, etc., que alegran nuestras mesas en las festividades o endulzan nuestros días de vigilia como las torrijas.  Es raro el lugar de Extremadura que no tenga un dulce representativo en cuya confección entre la miel como edulcorante: candelillas en Zarza-Capilla, Nogueirones en Montehermoso, el piñonate en Monterrubio y toda la zona de La Serena, perrunillas de miel de Trujillo, pestiños y rosquillas de alfajor en Casar de Cáceres, etc.

Especial mención merece el "arrope" y la meloja que se obtienen a partir del mosto de uva gasificado o de lo último que escurren los panales y a los que se añaden tajadas de calabaza y otras frutas, que previamente permanecen 24 horas en agua de cal.

En medicina, la miel tiene muchas aplicaciones, y su consumo se incrementa cada día más en la “naturalista”. Así: la miel de tomillo se usa como antiséptica, tónica y activadora de las funciones digestivas. La miel de brezo, de gusto amargo es espesa y se utiliza como diurética y antirreumática. La de romero, ambarina, es magnífica para la cirrosis y otras alteraciones del hígado, además de ser buena para el asma y estimulante. La miel de espliego es una de las más apreciadas, de color amarillo y delicado perfume, es buena para los bronquios y el corazón. La de tilo, sedante y antiespasmódica, alivia las jaquecas y las afecciones nerviosas.  La miel de pino que es oscura, va muy bien para los procesos bronquiales y de tuberculosis pulmonar, etc.

Estas, eran las mieles que tradicionalmente se daban en Extremadura; la introducción de nuevos cultivos y sobre todo la práctica trashumante de algunos de ellos, proporciona por supuesto otros tipos de miel: La de eucalipto se emplea como desinfectante de las vías urinarias y para calmar la tos. La de girasol, de color dorado y gusto agradable aunque áspero, aún no ha conseguido distinguirse en ningún efecto especial.

Es en concreto la miel uno de los productos más interesantes de Extremadura aunque no se le presente un porvenir muy halagüeño.  La falta de respeto a la naturaleza, la tala y arranque indiscriminado de nuestros árboles, la quema de nuestros montes, la falta de lluvia, la invasión por el hombre de los lugares donde se instalan colmenas, el uso y abuso de herbicidas, pesticidas, etc., son factores que inciden cada día de forma negativa en la producción de miel.

BIBLIOGRAFÍA:

Cofradía Extremeña de Gastronomía: “Recetario de Cocina”
Oriol Ávila: “La miel, el polen y la jalea real”
Domingo Frades: “Apuntes de Apicultura”


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