La horchata de chufa
José Enrique Campillo Álvarez
Cofradía Extremeña de Gastronomía
Durante el verano hace más calor, nos movemos más y disfrutamos de las vacaciones. Y todas estas circunstancias y algunas más, hacen que durante estos meses aumente la cantidad y variedad de líquidos que entran en nuestro organismo: cervezas, tintos de verano, sangrías, refrescos (con y sin azúcar) o, simplemente, agua (con o sin gas). Pero hoy voy a hablar de uno de los refrescos más interesantes y genuinos: la horchata de chufa.
A la horchata de chufa la podemos considerar dentro del grupo de las llamadas “leches vegetales”. La chufa fue introducida en España por los árabes y prosperó en la zona de Levante, donde se dan unas condiciones óptimas de calidad de suelo y clima para su cultivo.
La chufa es en realidad un tubérculo que crece en forma de engrosamientos, de nudos, en las raíces de una hierba que es la juncia avellanada (Cyperus esculentus). En tiempos de la dominación musulmana proliferó su cultivo en el Levante y también la bebida que reemplazaba muy bien a las bebidas alcohólicas prohibidas por el Islam.
Cuenta la leyenda que cuando el rey Jaime I entró en Valencia le hablaron de la deliciosa bebida que se consumía por aquellas tierras. Quiso probarla y una mujer, famosa por la deliciosa horchata que elaboraba, le ofreció un vaso al monarca. Tras beberlo y muy satisfecho, el rey exclamó: “Aixó és or, chata” (Esto es oro, guapa). Y el “or chata” se convirtió en Horchata.
La horchata tiene muchas virtudes y algunos pequeños inconvenientes. En primer lugar se dice que la horchata tiene muchas calorías. Esto solo es cierto si, como suele hacerse en Valencia, la tomas mojando una especie de deliciosos bollos suaves, en forma de churros que son los fartons.
El equivalente a una tercio (330 ml) de horchata pura, es decir sin ningún añadido comercial, tiene unas 200 calorías. Algo más que un zumo envasado (150 Kcal), un refresco con azúcar (130 Kcal), un tinto de verano (125 kcal) o una cerveza (120 K cal).
Este exceso de calorías se debe a dos circunstancias. Una buena, y es que contiene grasas de muy buena calidad, sobre todo ácido oleico, lo que va bien para el colesterol y la prevención cardiovascular. El punto negativo es que contiene almidón y eso le da el carácter de bebida azucarada natural.
Una ventaja es que en su forma natural no contiene lactosa, ni caseína, ni gluten. Ojo que en algunos preparados comerciales le añaden lácteos y otros aditivos.
Otra ventaja es que contiene grandes concentraciones del aminoácido arginina, que junto con sus elevados niveles de potasio y bajos niveles de sodio va bien para la hipertensión.
Algunas publicaciones señalan que esta arginina puede también vasodilatar los vasos de las áreas genitales masculinas y femeninas y por ello se le atribuye a la horchata un cierto efecto afrodisiaco.
También tiene un cierto poder antioxidante por sus contenidos en vitamina C y E.
Otra ventaja es que contiene una fibra de excelente calidad, muy buena para nuestro microbiota y para tratar alteraciones intestinales, como la diarrea. Es una bebida ideal para consumir después de practicar algún deporte.
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