domingo, 23 de enero de 2022

Envases de frutas y verduras

 Las barbas del vecino

José Enrique Campillo
Cofradía Extremeña de Gastronomía


Desde el día primero del presente año, en Francia se prohíbe la venta de frutas y verduras envasadas en plástico. La prohibición alcanza, incluso, a las pegatinas informativas que se adhieren a las unidades de los productos. Estas medidas se han puesto en marcha por el Ministerio de Transición Ecológica y Solidaria.

A partir de ahora, verduras como los puerros, calabacines, berenjenas, pimientos, pepinos, patatas, zanahorias, tomates, cebollas, nabos, repollo, coliflor, calabaza y rábanos se venderán desplastificados. Lo mismo ocurrirá con las manzanas, peras, naranjas, mandarinas, kiwis, limones, pomelos, ciruelas, melones, piñas, naranjas, caquis y maracuyás.

Esta prohibición afecta también a la venta de vasos, platos y cubiertos de plástico, incluidos pajitas, mezcladores y agitadores de plástico. También bastoncillos para los oídos. Estas medidas alcanzan también a la prohibición de utilizar cualquier recipiente de plástico en comedores escolares, incluidas botellas de agua.

Algunos productos, como frutas de pequeño tamaño o que puedan sufrir daños en su manipulación o transporte tendrán una moratoria de un año hasta que se encuentre alguna alternativa al plástico, para su envase protector. El refrán al que hace referencia el título es ese que dice «Cuando las barbas del vecino veas rapar, pon las tuyas a remojar». Pues a nuestras barbas de las frutas y verduras les tocará el turno en el 2023.

El Gobierno de España está preparando un Real Decreto de envases y residuos similar a la ley francesa anti-desperdicios y que afectará tanto a tiendas de barrio como a hipermercados. Estas leyes tienen el propósito de conducir el consumo hacia una 'economía circular', concepto que no acabo de entender. Es cierto que los desperdicios de plástico son uno de los más graves problemas de contaminación real que sacuden al planeta. Los campos que rodean las grandes ciudades están llenos de bolsas de plástico que el viento lleva de un lado para otro. Hay islas de plástico que flotan en los océanos y los micro plásticos afectan a los animales que habitan sus aguas.

Pero no acabo de entender los términos de esta ley. Según yo lo veo, de nada sirve que se supriman las bandejitas de plástico con seis peras, si para cogerlas a mano de entre un montón he de ponerme un guante de plástico y meterlas en una bolsa también de plástico para que las pesen: son dos plásticos en vez de uno.

Los agricultores tampoco están contentos con la medida, ya que temen perder el valor añadido que supone el vender una fruta excelente sin marca alguna y preservada en un envase protector. En fin, todo sea por el beneficio del planeta.

Espero que alguna vez se les ocurra legislar sobre otros problemas que fastidian al planeta. Por ejemplo, esas naranjas que nos llegan de Sudáfrica y que, durante su transporte, en un largo trayecto de miles de kilómetros, consumen un montón de CO2.

O los indecentes céntimos que pagan por litro de leche a los ganaderos, que además de producir leche cuidan los prados y los bosques. O los disparates que andan soltando por ahí algunos políticos desinformados.

Feliz y saludable 2022.


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