domingo, 22 de junio de 2025

Extregusta 2025

EXTREGUSTA 2025

Francisco Rubio
Cofradía Extremeña de Gastronomía





Los días 16, 17 y 18 de mayo se celebró en el Paseo de Cánovas de Cáceres la edición número 18 de Extregusta, el concurso de tapas elaboradas con productos con D.O. y Alimentos de Extremadura. En esta edición compitieron una veintena de establecimientos de toda la región, que ofrecieron al público asistente más de 80 tapas diferentes.

Ya el viernes día 16 por la tarde un jurado profesional formado por Pedro Collado, del restaurante Malasuegra de Almendralejo; Sofía Mostazo, profesora de la Escuela de Hostelería del IES Universidad Laboral; Juan Carlos López, cocinero jefe del restaurante Bontá de Cáceres; y Francisco de Borja, como coordinador, evaluó las creaciones presentadas y otorgó los siguientes galardones:

  • Primer premio: Gastrobar Charlotte por la tapa “Brioche de cordero con confitura de cerezas del Jerte D.O.”

  • Segundo premio: Vía de la Plata Cátering, con su tapa “Cremoso de ajo blanco con presa ibérica confitada y caviar de aceite de oliva”

  • Tercer premio: El Jardín de los Golfines, con su tapa “Lingote de oreja glaseado con encurtidos asiáticos”

Como colofón de la entrega de trofeos, se otorgó el Caldero de Honor, a título póstumo, a Claudio Francisco Vidal Rey, fundador del restaurante Casa Claudio en Casar de Cáceres, fallecido el pasado verano. Este reconocimiento, que premia la trayectoria de un cocinero, fue recogido por dos de sus hijos, Claudio y Miriam. Antes de la entrega, se leyeron unas palabras escritas por ellos en las que repasaban la vida del galardonado y la creación de Casa Claudio en 1994, nacida del afán de su padre de “soñar a lo grande para hacer grande la gastronomía de su Extremadura”.

Además, se celebraron otros concursos, como el organizado por Mahou, destinado a encontrar a los camareros que mejor «tiran» la cerveza. El ganador fue Rubén Márquez, de Charlotte; el segundo premio fue para Adrián Alcalá, de SmashBurger 13 de Junio; y el tercero, para Naum, de Los Plebes.

Ya el domingo, día 18, la Cofradía Extremeña de Gastronomía, a instancias de su actual presidente en ejercicio, el gran cofrade y cocinero Pepe Valadés —ganador, como suele, de un caldero por sus creaciones en su Vía de la Plata Cátering—, quiso estar presente en la Feria.

Con nuestro medallón y capa, Concha Sánchez Latorre, Valentín Domínguez y quien suscribe, Francisco Rubio, nos reunimos en su puesto con Pepe Valadés, quien, tras entregarnos 20 fichas regalo de la Cofradía para gastar (cosa que, aunque tuvimos que firmar un "recibí", nos retrotrajo a la infancia), nos agasajó con su tradicional generosidad: exquisitas tapas acompañadas por cava y otros deliciosos caldos de nuestra tierra. Así pudimos degustar un excelente jamón ibérico, su galardonado “Cremoso de ajo blanco con presa ibérica confitada y caviar de aceite de oliva”, y la ya clásica y deliciosa tapa de Pepe: “Bacalao en tempura con salsa de ajo y toque de pimentón de la Vera”.

A continuación se reunió con nosotros el responsable de la Institución Ferial de Cáceres (IFECA), organizadora del evento, con quien charlamos un rato. Atribuía la menor afluencia de visitantes a la continua celebración de eventos en Cáceres y a la proximidad de la feria que está a punto de comenzar.

Comenzamos entonces un recorrido por algunos puestos de la feria y pasamos por Gastrobar Charlotte, donde degustamos su tapa “Brioche de cordero con confitura de cerezas del Jerte D.O.”, merecedora del primer premio, a la que amablemente nos invitaron. De allí pasamos a Los Plebes, conocidos de uno de nosotros, donde disfrutamos de su “Taco de cochinita”, y luego al Jardín de los Golfines, donde saboreamos su “Lingote de oreja glaseado con encurtidos asiáticos”. En Los Plebes, uno de los cofrades desafió al “mesero” del puesto y se sirvió una generosa ración de picante que consiguió “pasar” sin titubear, sudar ni llorar. 

Y, sintiéndonos otra vez niños, para agotar nuestras monedas fuimos a otro puesto donde, ya sin hambre, nos enfrentamos a tapas de nuestra querida patatera, en sus dos versiones: dulce y picante. 

Terminamos donde empezamos: en el puesto de Pepe, que nos había convocado para degustar, como postre, su tarta de zanahoria, que, para que no quede como algo nuestro, damos fe de que una señora la alabó en términos muy encomiásticos. A ello, Pepe respondió ofreciéndole su receta.

Y ya secuestramos a Pepe y nos fuimos a la terraza de una cafetería próxima, donde tomamos café (y algún espirituoso, todo hay que decirlo), charlando sobre próximas actividades de la Cofradía, como una salida de fin de semana a Portugal, similar a la que se hizo hace ya tantos años que casi nadie recuerda… y muchos no vivimos.

 

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