Descripción de Artesanía de la Huerta
Juan Miguel Pavo Fraire
Jornada Cocina Tradicional: productos naturales, platos fríos, caza y cazuela - Alburquerque - 29 de octubre de 2022
Pues claro que se pueden hacer de otra manera las cosas, la agricultura, la apicultura, la ganadería y todo lo referente con la naturaleza, el campo, la vida…
Esa otra manera a la que me quiero referir y haceros entender es una manera que quedó atrás en el tiempo y que podemos acaso vislumbrar entre las brumas del pasado. Pero un pasado muy remoto del cual ya no nos queda memoria, en ese pasado el ser humano vivía en plena comunión con la naturaleza, abrazado a ella de una manera tan estrecha que llegaba a comprenderla plenamente, a sentirla y entenderla ya que éramos uno. El hombre y la tierra.
Nuestros sentidos del olfato, la vista y el oído no estaban atrofiados como los tenemos hoy en día, ya que dependíamos de ellos para sobrevivir. Pasaron los milenios y el hombre se hizo sedentario y empezamos a adiestrar a plantas y animales. Nace la agricultura y ganadería como tal. Los sumerios ya sabían regar a través de canales y acequias. Los egipcios utilizaban la azada, el arado, la hoz. Los celtas y sus Druidas (sacerdotes de las encinas), ya conocían de sobra todas las plantas y sus propiedades. Ya los romanos describían un profundo amor, respeto y conocimiento por las abejas. Nuestra comunicación con la tierra seguía intacta. Avanzamos en nuestra historia particular y gracias a nuevos descubrimientos los modelos de producción mejoran y podemos abastecer a más población, pero siendo consecuentes, respetuosos y valorando el entorno que nos alberga. Y llega la revolución industrial y empezamos a torcernos y ensuciarnos y los excedentes y las riquezas y la sobreexplotación y los abusos. Siglo XX y revolución verde, el fin.
Hay que parar esta maquinaria descabellada, esta locura, este atropello contra todo y contra todos. Esta falta de respeto hacia el lugar que pisamos y que nos alberga y tener la esperanza de que de entre esas brumas vuelva a resurgir ese saber ancestral que nos vuelva a la senda que abandonamos.
Entre tanto fertilizante químico, herbicida y mierdas así, unos irreductibles locos tratamos humildemente de hacer las cosas de otra manera, como antes. Llámalo ecológico, orgánico, natural, sano, verde… El nombre da igual, lo importante es que las cosas se hagan con respeto hacia el entorno en el que vives, el suelo que pisas y el aire que respiras.
Como dijo el jefe indio Seattle: Cuando los hombres escupen al suelo se escupen a sí mismos. La tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra.
Somos conscientes del papel que nos toca desempeñar en el mundo actual y tratamos de actuar en consecuencia. Y la manera que hemos elegido es cultivar la tierra de una manera natural, ancestral, sin químicos de ningún tipo, donde prima más la sabiduría y la tradición que los métodos modernos y esquilmantes que buscan el máximo rendimiento sin miramientos hacia la naturaleza y el medio donde vivimos.
Así lo vemos y así actuamos.
Nuestra mayor dedicación la concentramos en la huerta y en los frutales. En la producción de verduras, hortalizas y fruta de temporada. Dependiendo de la época del año en la que nos encontremos tendremos unas variedades u otras. Siempre en función del clima trabajamos, sembramos y recolectamos.
Con los excedentes que nos da la huerta, con nuestra cocina solar y deshidratador solar, elaboramos mermeladas, conservas y productos deshidratados.
Mantenemos y conservamos un pequeño rebaño de oveja Merina Negra, de la cual aprovechamos los corderos y utilizamos el estiércol (economía circular le dicen ahora) para alimentar nuestras plantas.
Disponemos de gallinas ponedoras y de raza autóctona como la gallina Azul Extremeña.
Abiertos siempre a las nuevas corrientes y pensamientos en materia agrícola y ganadera, nos sumamos a la agricultura regenerativa, manejo holístico, agricultura sintrópica, slow food...
Y todo lo que he contado se enmarca en este maravilloso entorno del que disfrutamos que es la Dehesa Extremeña.
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